jueves, 2 de septiembre de 2021

ARTICULO 1



 Substitución asimétrica entre metanfetamina y anfetamina: Estudio de discriminación de drogas 

Resumen


La metanfetamina (MET) es una forma estructural y funcionalmente similar a la anfetamina (ANF). Sin embargo, la MET difiere de la ANF en que a dosis comparables, entran al cerebro niveles más altos de MET, haciéndola un psicoestimulante más potente que la ANF. A pesar de esto, se ha reportado que tanto la MET como la ANF producen efectos conductuales similares. Los procedimientos de discriminación de drogas son herramientas conductuales que se utilizan para evaluar si dos drogas producen efectos conductuales similares o diferentes. Este estudio, evaluó la capacidad de varias dosis de ANF para substituir dosis equivalentes de MET en ratas entrenadas a discriminar MET de salina utilizando la aversión condicionada al sabor como procedimiento de discriminación de drogas. Después de que las ratas aprendieron la discriminación MET–salina, se evaluaron en pruebas de substitución varias dosis de MET y ANF. Los resultados mostraron que las diferentes dosis de MET que se evaluaron produjeron una substitución dependiente de la dosis. Sin embargo, las diferentes dosis de ANF produjeron una substitución parcial dependiente de la dosis, utilizando dosis equivalentes de MET. Estos resultados sugieren que la MET produce efectos conductuales más altos que la ANF en un procedimiento de discriminación de drogas.

Palabras clave: Metanfetamina, anfetamina, discriminación de drogas, ratas.as drogas tipo anfetamina (ANF) son parte de una clase de drogas llamadas psicoestimulantes, las cuales pueden alterar profundamente las funciones corporales y cerebrales. Estas drogas producen sentimientos de euforia, aumento del estado de alerta, excitación y disminución del apetito (Murray, 1998). El uso crónico de estas drogas, principalmente de la metanfetamina (MET), un derivado N–metilado de la ANF, ha alcanzado proporciones epidémicas en diferentes ciudades del mundo (Meredith, Jaffe, Ang–Lee, & Saxon, 2005), incluyendo México (García–Aurrecoechea, Mejía–Cobarrubias, Díaz–Negrete, & Balanzario–Lorenzana, 1999). Sin embargo, hasta el momento aún no hay un tratamiento efectivo para prevenir o tratar la adicción a la MET. Se necesita más investigación sobre los mecanismos neurobiológicos de la adicción a la MET antes de sugerir un programa preventivo o de tratamiento farmacológico efectivo. No obstante, también se puede utilizar una estrategia complementaria comparando los efectos conductuales de la MET con un psicoestimulante prototipo que tenga una estructura y función similar, tal como la ANF.

La ANF y la MET son drogas psicoestimulantes que comparten una estructura química muy similar y tienen propiedades farmacocinéticas similares (Melega, Williams, Schmitz, & DiStefeano, 1995). También comparten el mecanismo neurobiológico que produce un aumento en la concentración de dopamina (DA) en el núcleo accumbens (Rothman & Baumann, 2003). Ambas drogas actúan sobre el transportador de las vesículas presinápticas para promover un aumento en la concentración citosólica de la DA, y al mismo tiempo invierten la función del trasportador de la recaptura de la DA (DAT por sus siglas en inglés) facilitando su flujo al espacio intersináptico (Rothman & Baumann, 2003).

A pesar de estas similitudes, se ha reportado que hay algunas diferencias entre la MET y la ANF. Es aceptado comúnmente que la MET es más adictiva que la ANF y ha sido considerada como una forma potente y altamente adictiva de la ANF por NIDA (Nacional Institute of drug Abuse Research Report, 2006). También se ha reportado que la MET tiene una vida media mayor que otros psicoestimulantes, y como consecuencia, produce efectos conductuales de mayor duración, de 8–13 horas para MET, 2–4 horas para ANF y 1–3 horas para cocaína. Adicionalmente, la MET tiene una alta solubilidad en lípidos, permitiendo una transferencia más rápida de la droga a través de la barrera hematoencefálica (Barr, Panenka, MacEwan, Thornton, Lang, Honer, & Lecompte, 2006). A pesar de esto, se ha reportado que monos de la India se autoadministran la MET y la ANF a tasas comparables (Balster & Schuster, 1973) y ambos psicoestimulantes producen conductas estereotipadas similares (Kuczenski, Segal, Cho, & Melega, 1995). Un modelo conductual que podría aclarar sí la MET produce efectos conductuales más fuertes que la ANF es el procedimiento de discriminación de drogas (Miranda & Velázquez, 1998). En este modelo, los animales se entrenan a discriminar la droga A de salina y en pruebas de substitución o generalización se substituye la dosis de entrenamiento de la droga A por diferentes dosis de la droga B o de prueba. Así, los resultados de las pruebas de substitución podrían proporcionar información adicional acerca de si la MET es más potente que la ANF.

En el presente estudio se evaluó si los animales entrenados a discriminar 1.0 mg/kg de MET de salina producen una substitución igual o menor con una dosis equivalente de ANF. Adicionalmente, también se evaluó si animales entrenados a discriminar 1.0 mg/kg de ANF producen una substitución similar con una dosis equivalente de MET.Ensayos droga.

A las ratas del grupo gMET se les administró 1.0 mg/kg de MET y a las ratas del grupo gANF se les administró 1.0 mg/kg de ANF y 30 minutos después se les permitió el acceso a la sacarina durante 10 minutos. Después de finalizar este período, se les administró a ambos grupos 2.0 ml/kg de 0.17 M de LiCl.


Ensayos salina.


A las ratas de ambos grupos se les administró salina y 30 minutos después se les permitió el acceso a la sacarina durante 10 minutos. Después de finalizar este período, se les administró 1.0 ml/kg de salina.

Entre los ensayos droga y los ensayos salina hubo dos días de descanso, donde se les permitió el acceso al agua simple durante 30 minutos en las cajas–hogar. El ciclo ensayo droga–ensayo salina se repitió 9 ocasiones en un orden aleatorio, con la restricción de que no tuvieran lugar más de dos ensayos droga consecutivos.

Pruebas de substitución.

Los ensayos en estas pruebas se hicieron sobre un ciclo de 4 días. En el día 1, las ratas se sometieron a un procedimiento similar al que se sometieron en el ensayo droga. En el día 2, a los sujetos se les permitió consumir agua simple durante 30 minutos en sus cajas–hogar. El día 3 fue idéntico a los ensayos salina. El día 4 fue de prueba, la cual consistió en administrar una dosis de la droga de prueba a ambos grupos (diferentes dosis de MET o diferentes dosis de ANF). El procedimiento fue similar al utilizado en el día 1 con excepción de que se utilizó una prueba de dos botellas y no se administró el LiCl. Esta prueba consistió en permitirles el acceso durante 10 minutos a dos botellas, una con agua simple y otra con sacarina. Cada dosis evaluada se administró 30 min antes del acceso a las dos botellas.

Drogas

Las drogas que se utilizaron en esta investigación fueron sulfato de d–anfetamina y clorhidrato de metanfetamina (Sigma, St. Louis, MO, USA). Todas las dosis de las drogas se calcularon de acuerdo al peso de la sal y se administraron intraperitonealmente en un volumen de 1.0 ml/kg excepto el LiCl que se administró a una dosis de 2.0 ml/kg de 0.17 M. La solución con sabor fue sacarina (Elly Lilly, México) al 0.15% (p/v) en agua destilada. La MET y la ANF se administraron 30 min antes de iniciar las sesiones experimentales.

Análisis estadístico


Se registró el consumo de sacarina en los ensayos droga y los ensayos salina y se analizó con un ANOVA factorial de dos factores, con los tipos de ensayos (ensayo droga–ensayo salina) como primer factor y el número de ensayo (se analizaron los últimos tres ensayos de cada condición) como segundo factor. Se registró también el consumo de líquidos en las pruebas de substitución. A partir de estos datos se calculó un índice de aversión a la sacarina el cual se obtuvo con la formula A/A+B; donde A fue el consumo de sacarina y B fue el consumo de agua. Con este índice, un valor de 1.0 indicó preferencia por la sacarina y un valor de 0.0 una aversión por la sacarina. Estos datos se analizaron usando un ANOVA de una vía; cuando los ANOVAs fueron significativos, se llevó a cabo un análisis de comparaciones posteriores con la prueba Newman Keuls. En todas las pruebas, el nivel de rechazo del error tipo I fue de 0.05.

Resultados


Adquisición de la discriminación droga–salina

Las ratas de ambos grupos aprendieron la discriminación entre el psicoestimulante y salina (Figura 1). En el grupo gMET, la comparación del consumo de sacarina entre la línea base, el primer ensayo droga y el primer ensayo salina mostró que no hubo diferencias significativas (F[2,27]=0.942, p=0.402). Sin embargo, cuando la administración de MET fue seguida por los apareamientos sacarina–LiCl, se observó una reducción en el consumo de la solución de sacarina. Un ANOVA factorial de dos vías reveló diferencias significativas en el consumo de sacarina entre los últimos 3 ensayos droga y los últimos 3 ensayos salina (condición tipo de ensayo; F[1,54]=112.422, p=0.00001). Los efectos del número de ensayo (F[2,54]=0.258, p=0.774) y la interacción tipo de ensayo y número de ensayo (F[2,54]=0.573, p=0.567) no fueron significativos. Resultados similares se obtuvieron en el grupo gANF. La comparación del consumo de sacarina durante la línea base, el primer ensayo droga y el primer ensayo salina no mostró diferencias significativas (F[2,27]=0.462, p=0.635). El consumo de sacarina durante los últimos 3 ensayos droga fue diferente del consumo de sacarina durante los últimos 3 ensayos salina (F[1,54]=77.743, p=0.0001) y los efectos del número de ensayo (F[2,54]=0.747, p=0.479) y la interacción tipo y número de ensayo (F[2,54]0.253, p=0.778) no mostraron diferencias significativas.




 REFERENCIAS 
Miranda, F., Cedillo-Ildefonso, B., Jiménez, J. C., Bedolla-Núñez, G., & Torres-Rodríguez, S. (2011). Substitución asimétrica entre metanfetamina y anfetamina: estudio de discriminación de drogas. Revista mexicana de análisis de la conducta37(1), 21-32.



ARTICULO 2

 Metanfetaminas, un medicamento peligroso

Resumen ejecutivo

El presente trabajo de investigación consiste en la descripción y análisis del uso de las

metanfetaminas en el campo de la medicina, así como los efectos secundarios que

pueden derivarse del abuso de las mismas. De igual manera se pretende consignar la

“fama” que tiene este medicamento entre las personas de la comunidad de Lagunas,

Oaxaca, de quienes se sospecha que, en realidad, consideran al fármaco como una droga

recreativa.

Esta investigación busca responder a preguntas básicas que pueden aparecer en la 

mente de quienes desconocen el tema y se acercan a él por primera vez con deseos de 

información objetiva; por ello, nuestro marco teórico busca responder interrogantes como: 

¿qué son las metanfetaminas?, ¿qué enfermedades tratan las metanfetaminas?, ¿qué 

propiedades tiene la metanfetamina como medicamento?, ¿por qué son recetadas las 

metanfetaminas?, ¿cuál es su función como medicamento?, ¿para qué casos y por 

quiénes son recetadas?

Pero el problema que la investigación se plantea e intenta resolver es qué tan conocido es 

el uso de las metanfetaminas como medicamento para tratar enfermedades y trastornos 

como el déficit de atención con hiperactividad o desórdenes alimenticios.

El objetivo principal de nuestro trabajo es brindar información sobre los efectos de las 

metanfetaminas en el cuerpo humano, así como dar a conocer su uso correcto como 

tratamiento de ciertas enfermedades, que también serán especificadas en el trabajo. Al 

mismo tiempo, la investigación se plantea otros objetivos como presentar al público 

general una cara poco abordada de las metanfetaminas, no como droga recreativa, sino 

como compuesto en importantes medicamentos y, desde luego crear conciencia de los 

riesgos o cuidados que se deben tomar cuando se está bajo tratamiento con 

metanfetaminas.

En un principio, el equipo de trabajo especulaba que, debido a que una gran cantidad de 

personas desconoce la asociación entre las metanfetaminas y algunos medicamentos 

empleados en el tratamiento de trastornos de personalidad y desórdenes alimenticios, es 

fácil que se tome a la ligera el consumo de dichos medicamentos, sin reflexionar en las 

posibles consecuencias o daños colaterales que el uso irresponsable de este 

3

medicamento trae consigo, fomentando por ignorancia conductas adictivas y de 

farmacodependencia. Por ello, nuestra hipótesis es que el uso de las metanfetaminas 

como medicamento para tratar enfermedades como el déficit de atención con 

hiperactividad, trastornos como el desorden alimenticio, etc., es menos conocido entre la 

población general que el uso inadecuado del fármaco, por ejemplo, para aumentar la 

resistencia física (sensación de energía) o reducir la sensación de cansancio.

Nuestra investigación utilizó una técnica mixta, combinando el trabajo documental con el 

trabajo de campo (la aplicación de encuestas). En este rubro habrá que señalar que 

nuestra muestra es poco detallada en cuanto a factores como la edad de los 

entrevistados, sus niveles de estudio, sus ocupaciones, etc. Esto, que se puede 

considerar como un defecto de la investigación, se debe a que en un principio se trató de 

un sondeo, primero para saber qué tan familiarizados estaban nuestros encuestados con 

el medicamento y cuál era el “estatus” o el valor que le otorgaban en el hablar cotidiano.

Todo lo anterior favoreció para la formulación de conclusiones y obtención de resultados, 

las cuales pretenden hacer del dominio público el conocimiento de las metanfetaminas en 

el campo de la medicina. En cuanto a los resultados nos dimos cuenta que algunas 

personas conocen las metanfetaminas, pero no cuentan con un amplio conocimiento de 

los efectos, ventajas y desventajas que éstas tienen como tratamiento para combatir 

diversos trastornos.




REFERENCIA 

Mendoza, D. D. G., Bosas, J. L., & Rivera, C. N. A. Metanfetaminas, un medicamento peligroso.





ARTICULO 3

            La metanfetamina

La metanfetamina es una droga estimulante que afecta el sistema nervioso central y es similar en estructura a la anfetamina. Debido al alto potencial que tiene para el abuso, la metanfetamina está clasificada como un fármaco de la Lista II de acuerdo a la Ley sobre Sustancias Controladas, y se puede obtener sólo por medio de prescripción médica no renovable. Aunque los médicos pueden recetar la metanfetamina, sus usos médicos son limitados y las dosis que se recetan son mucho más bajas que las que normalmente se consumen cuando se abusa. La mayoría de la metanfetamina que se abusa en los Estados Unidos viene de súper laboratorios extranjeros y nacionales, aunque también se puede producir en pequeños laboratorios clandestinos, donde se ponen en peligro a las personas que la elaboran, a los vecinos y al medio ambiente.

¿Cómo se abusa la metanfetamina?

La metanfetamina es un polvo blanco, cristalino, inodoro y amargo que se disuelve fácilmente en agua o alcohol y que se puede fumar, inhalar, inyectar o tomar de forma oral.

¿Cómo afecta la metanfetamina al cerebro?

La metanfetamina aumenta la liberación y bloquea la reabsorción del neurotransmisor dopamina, produciendo concentraciones muy altas de esta sustancia química en el cerebro. Esto constituye un mecanismo de acción común de la mayoría de las drogas de abuso, ya que la dopamina juega un papel importante en la gratificación, la motivación, la sensación de placer y la función motora. La habilidad de la metanfetamina de liberar rápidamente la dopamina en las regiones de gratificación del cerebro es lo que produce la euforia intensa o "rush", que muchos consumidores sienten después de inhalar, fumar o inyectarse la droga.

El abuso crónico de la metanfetamina cambia de forma significativa el funcionamiento del cerebro. Los estudios no invasivos de neuroimágenes del cerebro humano han mostrado alteraciones en la actividad del sistema dopaminérgico que están asociadas con una disminución en el rendimiento motor y un deterioro en el aprendizaje verbal.1 Asimismo, estudios recientes en personas que han abusado de metanfetamina por periodos prolongados también revelan cambios graves de estructura y función en las áreas del cerebro asociadas con las emociones y con la memoria.2,3 Esto podría explicar muchos de los problemas emocionales y cognitivos que se observan en los abusadores crónicos de metanfetamina.

El abuso repetido de la metanfetamina también puede llevar a la adicción, una enfermedad crónica con recaídas caracterizada por la búsqueda y el consumo compulsivo de la droga, que viene acompañada por cambios químicos y moleculares en el cerebro. Algunos de estos cambios perduran mucho tiempo después del cese del consumo de metanfetamina. Sin embargo, se ha observado que algunos cambios se revierten después de periodos sostenidos de abstinencia (por ejemplo, más de 1 año).4

¿Qué otros efectos adversos para la salud tiene la metanfetamina?

El consumo de metanfetamina, incluso en pequeñas cantidades, puede resultar en muchos de los mismos efectos físicos de otros estimulantes como la cocaína o la anfetamina, incluyendo una prolongación del estado de vigilia, mayor actividad física, disminución del apetito, aumento de la frecuencia respiratoria, aceleración de la frecuencia cardiaca, irregularidad del latido del corazón, aumento en la presión arterial e hipertermia.

El abuso a largo plazo de la metanfetamina tiene muchas consecuencias negativas, entre ellas, una pérdida extrema de peso, problemas dentales graves (boca de metanfetamina o "meth mouth"), ansiedad, confusión, insomnio, perturbaciones en el estado de ánimo y comportamiento violento. Las personas con historial de abuso prolongado de metanfetamina también demuestran varias características psicóticas, como paranoia, alucinaciones visuales y auditivas y delirio (por ejemplo, la sensación de tener insectos que caminan debajo de la piel).

Otras consecuencias que pueden resultar del abuso de la metanfetamina incluyen la transmisión del VIH y de la hepatitis B y C. Los efectos intoxicantes de la metanfetamina por cualquier vía de administración pueden alterar el juicio y la inhibición y hacer que los usuarios practiquen actividades peligrosas, por ejemplo, comportamientos sexuales de riesgo. Los toxicómanos que se inyectan la droga pueden transmitir el VIH y otras enfermedades infecciosas a través de agujas o jeringuillas contaminadas u otros equipos utilizados para inyectar la droga, cuando éstos se comparten entre varias personas. El abuso de la metanfetamina también puede empeorar la evolución del VIH y sus consecuencias. Los estudios indican que el VIH causa mayor daño neuronal y cognitivo en las personas VIH+ que tienen historial de abuso prolongado de metanfetamina en comparación con las personas VIH+ que no usan la droga.5,6


REFERENCIA
del Futuro, E. D. O. La metanfetamina.


Cartel de las metanfetaminas en los jovenes